-Mi tía bajará enseguida, señor Nuttel -dijo con mucho aplomo una señorita de quince años-; mientras tanto debe hacer lo posible por soportarme. Framton Nuttel se esforzó por decir algo que halagara debidamente a la sobrina sin dejar de tomar debidamente en cuenta a la tía que estaba por llegar. Dudó más que nunca que...
Categoría: Cuentos
El Nombre, la nariz – Italo Calvino
Como epígrafes de un alfabeto indescifrable, la mitad de cuyas letras han sido borradas por el esmeril del viento cargado de arena, así quedaréis, perfumerías, para el hombre sin nariz del futuro. Seguiréis abriéndonos las silenciosas puertas de vidrio, amortiguaréis nuestros pasos en las alfombras, nos acogeréis en vuestro espacio de estuche, sin ángulos, entre...
Los Negros Whitaker – Robert Graves
Las apariciones fantasmagóricas, tanto en estado de vigilia como en sueños, tienen un tremendo poder emocional, pero en tan raras ocasiones pueden atribuirse a algún agente externo que hoy en día, por consentimiento unánime, quedan adjudicadas al patólogo para que proceda a su investigación, y no, como ocurría antes, al sacerdote o al agorero. Cierto...
Creación, Preservación, Destrucción
Existe en la India un relato popular acera de Brahma, Vishnu y Shiva. Se encontraban los tres, en cierta ocasión, alardeando entre ellos respecto de su inmenso poderío. De improviso, se acercó a ellos un niño pequeño y le preguntó a Brahama: <<¿Qué es lo que tú puedes crear?>>, a lo que Brahma respondió con...
Así fue salvado Wang-Fo – Marguerite Yourcenar
El viejo pintor Wang-Fo y su discípulo Ling erraban a lo largo de los caminos del reino de Han. Avanzaban lentamente porque Wang-Fo se detenía de noche a contemplar los astros, y de día para mirar las libélulas. Iban poco cargados, pues Wang-Fo amaba la imagen de las cosas y no a las cosas en...
Un brazo – Yasunari Kawabata
-Puedo dejarte uno de mis brazos para esta noche -dijo la muchacha. Se quitó el brazo derecho desde el hombro y, con la mano izquierda, lo colocó sobre mi rodilla. -Gracias -me miré la rodilla. El calor del brazo la penetraba. -Pondré el anillo. Para recordarte que es mío -sonrió y levantó el brazo izquierdo...
Harrison Bergeron – Kurt Vonnegut
Corría el año 2081, y por fin todos eran iguales. No sólo eran iguales ante Dios y la ley: lo eran en todo sentido. Nadie era más elegante, ni de mejor aspecto, ni más vigoroso o más listo que los otros. Tal igualdad se debía a las Enmiendas 211, 212 y 213 de la Constitución,...
Casa tomada – Julio Cortázar
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia. Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues...
El Poder de los Nombres -Ursula K. Le Guin
El señor Bajocolina salió de debajo de su colina, sonriendo y respirando con dificultad. Cada resoplido salía disparado por las ventanas de su nariz como una doble bocanada de vapor, blanca nieve bajo el Sol matinal. El señor Bajocolina contempló el cielo brillante de diciembre y sonrió más ampliamente que nunca, mostrando unos dientes blancos...